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Aves de rapiña

El término 'rapiña' proviene de la palabra latina 'rapina', que significa "robo" o "pillaje"


Por tanto, de una forma lo más simple posible podemos definir las aves rapaces, también conocidas como aves de presa o de rapiña, como aquellas que cazan presas para alimentarse valiéndose para ello de sus fuertes garras y de afiladísimo pico, con el cual desgarran la carne de la presa abatida. En general, las aves de presa se alimentan de vertebrados que suelen ser bastante grandes comparados con el tamaño de la propia ave rapaz. Muchas se alimentan también -aunque solo sea ocasionalmente- de carroña, es decir, de animales muertos y de carne en descomposición. Para otras, como es el caso de los buitres y cóndores, la carroña es su principal fuente de alimento.

Las aves de rapiña se dividen en dos grupos fundamentales: aquellas que cazan durante el día, razón por la cual se les llama diurnas o falconiformes, y aquellas que lo hacen por la noche, llamadas nocturnas o estrigiformes. El halcón, el cóndor, el águila, el buitre, el azor o el gavilán son, entre muchos posibles ejemplos, aves rapaces diurnas. Por el contrario, las lechuzas, búhos y mochuelos son aves rapaces nocturnas.

A pesar de que ambos grupos mantienen semejanzas fisiológicas claras que nos permiten clasificarlas a simple vista como aves rapaces (por sus garras, pico, etc.), es evidente que hay grandes diferencias entre las aves de ambos grupos. Por ejemplo, las rapaces nocturnas son, en general, de menor tamaño y porte que la mayor parte de las diurnas, por lo que podemos considerarlas desde este punto de vista, como carroñeros menores.

Actualmente como consecuencia de su forma de vida depredadora estando a menudo en la parte superior de la cadena alimenticia, las aves de presa se enfrentan a importantes y distintos problemas de conservación. Por ejemplo, problemas como la contaminación, el uso generalizado de pesticidas que acaban acumulándose en las presas de las que las aves rapaces se alimentan, la gran reducción de su hábitat natural a consecuencia de la antropización del entorno y de la masiva desaparición de sus presas habituales (como el conejo), son, entre otras muchas, las causas que han originado un importante declive de algunas poblaciones de aves rapaces.