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CONTROL DE AVES
Complementariamente a nuestra actividad principal, prestamos todos los servicios inherentes al control de aves de cualquier clase. Precisamente este es uno de los aspectos en los que más ha crecido nuestra actividad no directamente relacionada con la cría y adiestramiento de aves, consecuencia de los crecimientos exponenciales que determinadas especies alcanzan aprovechándose de las oportunidades que las actividades humanas les proporcionan.
Estamos hablando principalmente de las gaviotas, palomas, etc., pero no solo de esas especies oportunistas. Cualquier especie animal con elevadas tasas de natalidad que consiga adaptarse a los retos que las actividades económicas y productivas de los seres humanos les presenten, acabarán por crecer mucho más allá de lo que sería asumible en un sistema natural en equilibrio o que no disponga de los recursos extras que las actividades humanas les provean. Y en estas circunstancias, este exceso de población de determinadas especies como consecuencia de los inesperados recursos de los que se pueden aprovechar, desemboca irremediablemente en su enfrentamiento con las actividades humanas por causa de las pérdidas económicas que generan, bien por daños directos o indirectos o por la transmisión de enfermedades y parásitos que podrían afectar tanto a otros animales como a los humanos, etc.
Como consecuencia de ello y de las consiguientes solicitudes de ayuda que cada vez más a lo largo de los años hemos ido recibiendo, acabamos por integrar esta actividad auxiliar a la principal de la cría y adiestramiento de multitud de diferentes aves y reptiles.
CRÍA, ADIESTRAMIENTO, VENTA DE AVES RAPACES Y OTRAS Y COMPLEMENTOS
Por norma general, la puesta en la cría de aves y pájaros en cautividad suele ser anual o, dependiendo de la especie y de las condiciones de cría, de varias puestas al año.
La cría responsable de aves y pájaros en cautividad constituye un pasatiempo muy atractivo y altamente satisfactorio, pero que exige dedicación de tiempo y dinero. La reproducción es, quizás, la etapa más excitante en la que se puede embarcar un aficionado a las aves, aunque en algunas especies no sea una tarea nada fácil de llevar a buen puerto. Es importante tener buenas instalaciones, jaulas adecuadas para el tipo de ave a reproducir, y condiciones ambientales lo más adecuadas posibles: fotoperíodo, temperatura, humedad, alimentación, ruidos, etc. Por supuesto que existen muchos otros factores importantes que ayudarán a conseguir la tan apreciada descendencia, como son, por ejemplo, el disponer de las parejas reproductoras idóneas, idealmente no demasiado viejas, que hayan llegado a su correspondiente madurez sexual y que cuenten con buena salud.
Para elegir las parejas reproductoras idóneas lógicamente hay que conseguir distinguir el macho de la hembra lo que, en animales con un gran dimorfismo sexual, es una tarea trivial. Pero en otros casos en los que es imposible a simple vista distinguir el macho de la hembra, es necesario recurrir a pruebas de ADN para la determinación del sexo. En otras ocasiones y dependiendo de la especie en cuestión, si disponemos de jaulas amplias tipo volanderas, es más sencillo liberar en ellas grupos de aves y esperar a que la naturaleza haga su trabajo. Con el transcurrir del tiempo lo normal es que se vayan emparejando de forma natural, pero como es lógico, esto solo se puede hacer con algunas aves y pájaros de pequeño porte.
Pero no se trata simplemente de emparejar machos con hembras. El éxito reproductivo puede depender de muchos otros factores como son la compatibilidad entre los miembros de la pareja y de que ambos entren en celo simultáneamente. La época de celo varía de especie en especie y puede verse afectada por el clima e incluso por multitud de otros factores como antes ya hemos apuntado: desde la duración del fotoperíodo, la inadecuación de la propia luz, las condiciones ambientales, la incompatibilidad de las parejas, la excesiva manipulación de las aves por parte de los cuidadores, el estrés por ruidos o hacinamiento, e incluso por algunas dolencias que les impidan hacer la puesta.